giovedì 21 giugno 2012

Crítica a los artículos publicados

 

La elección  de  Svalbard y Eco-City 2020  como temas a exponer, viene suscitada por la necesidad de reflexionar, poner en crítica,   este tipo de intervenciones, proyectos que están resultando muy presentes en el desarrollo de este siglo XXI.

 

Con respecto al proyecto de  Svalbard, consideramos que es un tipo de intervención que se está dando en los países capitalistas más desarrollados. Se trata de proyectos que pretenden dar  solución a posibles catástrofes medioambientales en las que puedan desaparecer los recursos imprescindibles para nuestra supervivencia,  pero nosotros nos preguntamos, ¿ Por qué no intentar ahondar en las cusas de estas catástrofes, en vez de en intentar paliar los daños ya sufridos?
La mayoría de las catástrofes ambientales vienen causadas por la contaminación ambiental producida por el hombre.  Es bien sabido que el calentamiento global está causando el deshielo en los polos y a consecuencia hay más corrientes de agua, lo que altera la temperatura de esta, provocando en los últimos años  el fenómeno del niño (fenómeno climático cíclico que provoca estragos a nivel mundial), así como una mayor incidencia de huracanes en América y el cambio climatológico en todo el mundo.


Obsevamos a continuación algunas de estas catástrofes producidas.












¿ Creéis que se puede paliar esa situación constante de contaminación de la sociedad?
Personalmente consideramos que es muy difícil solventar el problema, pero por otro lado es muy fácil que con pequeñas actitudes  disminuyamos el daño ambiental.
  1. Reduciendo el uso del coche en 15 Kilómetros semanales evitas emitir 230Kilos de dióxido de carbono al año. 1 auto contribuye un 10% del monóxido de carbono que afecta la atmósfera.
  2. Una hectárea de árboles elimina, a lo largo de un año, la misma cantidad de dióxido de carbono que producen cuatro familias en ese mismo tiempo. Un solo árbol elimina una tonelada de dióxido de carbono a lo largo de su vida.
  3. Producir un kilo de carne utiliza más agua que 365 duchas prendidas. Por otro lado, consumiendo alimentos frescos evitas producir comida congelada que consume 10 veces más energía.
  4. Reduciendo el exceso de energía evitas que los países se vean en la necesidad de usar petróleo, carbón o gas para copar la oferta energética
  5. Al reutilizar 100 kilos de papel, se salva la vida de al menos siete árboles.
    Por otro lado, la fabricación de papel reciclado consume entre 70% y 90% menos energía y evita que continúe la desforestación mundial.
  6. Los focos ahorradores consumen 60% menos electricidad que un foco tradicional. Este simple cambio reducirá la emisión de 140 kilos de dióxido de carbono al año.
  7. Hacerle mantenimiento a tu auto regularmente, reduce la emisión de gases a la atmósfera.
  8. Si se reduce en un 10% la basura personal, se puede ahorrar 540 kilos de dioxido de carbono al año. Además se pueden ahorrar hasta 1000 kilos de residuos en un año reciclando la mitad de los residuos de una familia.
  9. Cada litro de gasolina ahorrado evita la emisión de tres kilos de dióxido de carbono.
  10. Inflar correctamente las llantas mejora la tasa de consumo de combustible en más de 3%.
  11. Transporte. Reducir el individual y promocionar los medios colectivos
  12. Energía doméstica. Disminuir su gasto con electrodomésticos de etiqueta energética o apagando los aparatos completamente (y no en modo standby).
  13. Residuos. Favorecer la separación de basuras y el reciclaje.
  14. Materiales. Reutilizarlos siempre que se pueda (papel, juguetes, herramientas, muebles…) y evitar usar bolsas, cajas y embalajes.
  15. Agua. Reducir su consumo colocando, por ejemplo, botellas en las cisternas.
  16. Riego. Minimizar el riego de jardines y promocionar el sistema por goteo.
  17. Urbanizar. Sólo donde se sepa que habrá agua suficiente a largo plazo. En muchas ocasiones se otorgan licencias donde no hay agua.
  18.  Naturaleza. Respetar los espacios protegidos y minimizar el impacto en zonas naturales.
  19. Casas. Construirlas con buenos materiales aislantes térmicos para que la inversión en calefacción y el aire acondicionado sea menor
  20. Rendijas. Mejorar los aislantes en ventanas y puertas porque entre un 5% y un 10% del calor del hogar se escapa por ellas.
  21. Paneles solares fotovoltaicos conectados a la red eléctrica.
  22. Energías alternativas. Darles más valor y estar dispuestos a financiarlas. Si todos las apoyamos, serán rentables, aunque sean más caras.
  23. Impuestos. Permitir que se asignen para la conservación de recursos
  24. Suelo. Minimizar los cambios de uso del suelo y, en general, del suelo artificial.
  25.  Impacto. Dar más importancia a los análisis de impacto ambiental y considerar otras alternativas costosas, pero ambientalmente favorables
  26. Especies. No trasladarlas fuera de su lugar de origen.
  27. Invasores. No soltar animales domésticos y mascotas. Pueden ser especies invasoras.
  28. Productos químicos. Minimizar el uso de compuestos químicos como antibióticos, fertilizantes… y aerosoles.
  29. Educar a los niños en el valor de los bienes que nos ofrecen los ecosistemas.
  30. Gobiernos. Exigir la gestión sostenible a largo plazo de los recursos naturales.

Algunas de las medidas mencionadas son muy simples, el problema, es que estamos en una sociedad ambiciosa, egoísta, individualista y capitalista, donde todo se mueve en busca de beneficios y poder.
El cambio climático es un problema mundial que requiere una solución mundial. Las medidas para paliar este terrible futuro pasan por acatar las directrices de acuerdos, como por ejemplo el Protocolo de Kioto: disminuir las emisiones de CO2, reducir el uso de combustibles fósiles y aumentar el de renovables, mejorar la eficiencia y la diversificación energética, seguir una política de desarrollo sostenible y sobre todo concienciar de la gravedad del problema a las generaciones futuras. Sin embargo, creemos que el marco capitalista denuestros  países  imposibilita que cambie la situación. La lucha entre países   opresores y oprimidos, la búsqueda del poder y la ambición, nos convierte en una sociedad que  no es capaz de cumplir y tomar medidas serias contra la contaminación,  negada a sensibilizarse, a darse cuenta de la gravedad de la situación  y a unirse por algo que nos va a destruir.

En lo que respecta a Eco City 2020, se trata de otra de las muchas ciudades “sostenibles” y “ecológicas” que están surgiendo hoy día. Independientemente de criticar si estas mega intervenciones son viables o no, nos vamos a centrarnos en como la incultura,  la falta de sensibilidad y los fines lucrativos,  vuelven a destrozar un  paisaje industrial.
El patrimonio industrial ha adquirido un sentido que excede lo estético o testimonial para convertirse en un núcleo de orden temporal y espacial frente al avance del olvido y la pérdida de la memoria del lugar. Los valores paisajísticos, las huellas industriales y las herencias artísticas se entremezclan en un espacio continuo. Es un vestigio, un objeto de la memoria colectiva. Este patrimonio y las huellas de la revolución industrial se han convertido en nuevos bienes culturales y en recurso para afrontar un desarrollo sostenible a escala local y regional. Es un patrimonio emergente, aunque todavía no suficientemente valorado como podemos observar en este proyecto, en el que se nos encontramos ante  la segunda mina más grande del mundo. Observamos como ni si quiera existe la posibilidad de ni siquiera integrar de alguna manera ese paisaje minero en el proyecto sin destrozarlo, que la intervención radique en él y sea una exaltación a ese paisaje. Se obvia por completo la esencia del lugar.

Afortunadamente, con el paso de los años, ha personas que están luchando  y promoviéndose para la conservación de estos espacios.

Así, podemos ver como Diego Arribas junto con otro grupo de intelectuales,  en las minas de Ojos Negro, realiza una intervención con un carácter totalmente opuesto al contemplado aquí.
 
Arte, industria y territorio surge en el año 2000, coincidiendo con el centenario de la creación de la Compañía Minera de Sierra Menera en Teruel. Su objetivo principal es suscitar el debate en torno a la revitalización de estas minas de hierro, que la compañía explotó entre 1900 y 1987, año del cese de la actividad. La propiedad del coto minero y de las instalaciones en desuso, acabaron en manos del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria, quien se desentendió completamente de la protección y control del patrimonio industrial heredado, el cual ha sufrido un continuo proceso de destrucción.

La propuesta partía de un interés general que redundara en un beneficio colectivo y, por tanto, en el de cada uno de los vecinos. El objetivo del encuentro era desplegar una mirada poliédrica sobre las minas de Ojos Negros, invitando a especialistas en arte, arquitectura, sociología, arqueología industrial y desarrollo local a exponer su opinión. Establecer un debate, en primer lugar, sobre la pertinencia, o no, de actuar y, en su caso, sobre cual sería el modelo de intervención más apropiado. Convencidos de las amplias posibilidades del paisaje minero como soporte para la práctica artística, la cual primábamos deliberadamente sobre el resto de las actividades, convocamos paralelamente un certamen de artes plásticas y visuales, para seleccionar varias propuestas que se desarrollarían en las minas a lo largo del encuentro. Al concurso se presentaron 58 proyectos procedentes de diversos puntos del territorio nacional y algunos de otros países. Las propuestas recogidas estaban planteadas desde un heterogéneo repertorio de formatos y disciplinas: pintura, escultura, instalaciones, acciones, performance, videoarte, net-art, arte sonoro, danza y algunas otras propuestas de más compleja clasificación. El interés de los artistas en esta convocatoria residía, según sus propias palabras, en el fascinante atractivo del lugar, pero también, y sobre todo, en su sugerente historia.





Con la actividad desplegada por la compañía minera, Sierra Menera pasó de ser un paisaje natural a un espacio industrial. Ahora, tras su cese, tenemos ante nosotros el reto de convertirlo en un paisaje cultural sostenible, integrando los componentes de sus dos estadios anteriores. Lejos de resultar antagónicos, naturaleza e industria se han fundido en un nuevo paisaje en el que ambos comparten la misma categoría. Ya no se entendería Sierra Menera sin el perfil de sus naves, talleres y tolvas recortándose entre sus montes. Por otro lado, las profundas huellas provocadas por las máquinas en el terreno, ya están siendo aprovechadas por la naturaleza: el rico caudal de los acuíferos que quedaron al descubierto, ha ido conquistando el vacío de las profundas simas, formando espectaculares lagos de agua esmeralda en el fondo de las minas. Agua llena de vida que augura el comienzo de un nuevo ciclo en Sierra Menera.